La Ruta del “Ojo de Buey” o “L’Arcón” se encuentra en el macizo de Peña Mea, entre los concejos de Laviana y Aller, Asturias. Este singular lugar es un increíble agujero producido por la erosión kárstica en su roca caliza. Quienes lo visitan se quedan perplejos por su diámetro, más de 20 metros!!!
La Ruta del Ojo de Buey es un sendero muy bien señalizado, pero con un nivel de dificultad alto por su desnivel
Asturias es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Sus innumerables atractivos turísticos hacen que sea un buen destino donde combinar descanso, deporte al aire libre, buena gastronomía y fotografía.
Su increíble red de senderos perfectamente señalizados, hacen que se pueda recorrer de norte a sur y de este a oeste. Sus senderos costeros o por la montaña nos hacen vivir la naturaleza en estado puro. Pueden ser disfrutados por toda la familia, puesto que hay rutas de todos los niveles.
En este artículo queremos hacer mención a una ruta no tan conocida, la del “L’Arcón” o “Ruta del Ojo de Buey”. Esta maravilla de la naturaleza se encuentra en la zona central de Asturias, concretamente en el macizo de Peña Mea. Esta emblemática cumbre es muy conocida por poder coronarla sin tener que escalar. Su altura es de 1557 metros de altitud.
Vídeo:
Este sendero está perfectamente señalizado. Debemos recalcar que para hacer esta ruta tenemos que ir sin prisas. El paisaje que nos ofrece es único. Sus vistas al macizo son el lienzo perfecto para inmortalizarlo con nuestras fotografías. En nuestra opinión la mejor época del año para visitarlo es en otoño. La temperatura aún es buena y evitaremos el calor del verano y las heladas del invierno. Además los colores con los que se tiñe la montaña son espectaculares.
El llegar casi a la cima de la Peña Mea se puede divisar este singular capricho de la naturaleza
La ruta es de dificultad media-alta, puesto que su desnivel es de 900 metros. Su distancia es de aproximadamente 12 kilómetros de ida y vuelta. Se puede iniciar desde diversos puntos, pero nosotros elegimos Pelúgano. De ahí en adelante todo el camino es en ascenso. Atravesaremos aldeas con sus típicos hórreos, prados, caseríos, zonas de pastoreo, … Hasta que no lleguemos casi a la cima no podremos deleitarnos con las vistas al Peña Mea y de su Ojo de Buey. Una vez en la cima sabremos que habrá valido la pena haber realizado tal esfuerzo. Las vistas nos dejarán extasiados.
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Imagen de portada Calidad Rural