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Una de las rutas más famosas de nuestras isla es el Sendero del Barranco de Masca. Situado en el Macizo de Teno, municipio de Buenavista del Norte, este magnífico barranco tiene más de siete millones de años de antigüedad.
El Sendero del Barranco de Masca transcurre entre impresionantes paredes verticales, llegando a una bonita playa salvaje
Este enclave natural es el segundo más visitado por turistas de todo el mundo, el primero es el Teide. Es un lugar que no nos deberíamos perder. En la cabecera del barranco está el Caserío de Masca. Sus pintorescas casas han albergado desde hace años a un centenar de habitantes. Estos siempre han estado dedicados a la agricultura, gracias a la cantidad de agua que recorre el barranco.
En este Caserío comienza el sendero. Coronado por el Morro de Catana, una caprichosa formación geológica fotografiada por las personas que visitan la zona. Esta ruta está regulada por el Excmo. Cabildo Insular de Tenerife, por lo que se debe planificar el día de la ruta y solicitarlo en su web. También hay que leerse las normas del sendero, puesto que está sujeto a horario de apertura y de cierre.
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Esta ruta tiene un recorrido de ida y vuelta de 10 kilómetros aproximadamente. Su nivel de dificultad es medio. En la actualidad, no están disponibles los barcos que atracaban en el pequeño embarcadero situado en la playa. Esto facilitaba hacer la ruta sólo de ida, evitando la subida.
El recorrido comienza en una zona donde se ha practicado la agricultura. Este maravilloso entorno de cultivo en terraza, con las pintorescas casas y al fondo las impresionantes paredes verticales hacen de este lugar un espacio único.
A medida que descendemos sus paredes de más de 400 metros de altura nos irán abrazando. Es increíble como la naturaleza ha sido capaz de esculpir con el paso de los años esta maravillosa obra de arte natural.
Por la belleza del lugar, vale la pena descender sin prisa. Las panorámicas que nos brinda deben disfrutarse. Una vez hayamos llegado a la playa podemos darnos un refrescante chapuzón en sus cristalinas aguas. En este punto sólo nos queda retornar al Caserío de Masca.
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