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A menos de 50 kilómetros de Castellón se encuentran Las Islas Columbretes. Este conjunto de islotes es uno de los espacios de mayor interés ecológico del Mediterráneo. Su riqueza natural y su increíble entorno lo hacen un lugar único.
Las Islas Columbretes son un conjunto de pequeños islotes de origen volcánico, situadas entre las Islas Baleares y la Península
Su origen volcánico le ha conferido un aspecto con caprichosas formas. Su nombre viene dado por sus primeros visitantes. Fueron navegantes griegos y latinos que las denominaron Ophiusa o Colubreria, por la abundancia de culebras y serpientes. Ya está plaga está exterminada desde finales del siglo XIX.
Para proteger este único y maravilloso espacio natural fueron nombradas Reserva Natural en el año 1988. En el año 1995 fue calificado como Reserva Marina para preservar sus fondos.
Este pequeño archipiélago está compuesto por cuatro islas. Son La Grossa, La Ferrera, La Foradada y el Carallot. Únicamente está habitada la Grossa, que es la de mayor extensión. En ella habitan las personas encargadas de preservar la reserva natural y biólogos. Esta increíble y pequeña isla destaca por su paisaje de origen volcánico. Nos brinda la oportunidad de disfrutar de un paisaje único, varios cráteres encadenados y por el Carallot de 32 metros de altura, que es la chimenea central del volcán.
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El aislamiento en que vive este archipiélago y las difíciles condiciones ambientales han creado un ecosistema natural único y frágil. Sus fondos marinos son extraordinarios por su alto grado de conservación. En la actualidad sólo se puede acceder a la Illa Grossa con la correspondiente autorización.
Los amantes de la naturaleza tienen la oportunidad de disfrutar de un entorno único. Su fauna destaca por la gran colonia de aves marinas que anidan en este lugar. Muchas aves encuentran en este entorno la tranquilidad que necesitan para nidificar, como el cormorán moñudo, la pardela cenicienta, gaviotas, el halcón de Eleonor. También sirven de zona de descanso para las aves que migran entre Europa y África. Su vegetación también es abundante y rica, donde destacan dos endemismos, el mastuerzo marítimo y la alfalfa arbórea.
Pero quizás su riqueza natural reside en lo que no se ve en la superficie. Su fondo marino multiplica la belleza y la riqueza de estas islas. Su compleja topografía llena de bancos, escollos y cuevas marinas, ofrece una zona de refugio natural a muchas especies.
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Imagen de portada: Entre Montañas
