Desde hace años el Barranco de Badajoz está envuelto en un halo de misterio. Innumerables relatos nos cuentan historias de seres de otro mundo, de desapariciones, de ciudades de cristal, de templarios, de nazis … Al margen de estas historias, este increíble paraje nos ofrece una ruta de senderismo de la que puede disfrutar toda la familia
El Barranco de Badajoz, situado en el municipio de Güímar, nos ofrece un mágico entorno para disfrutar de paisajes únicos en Tenerife
Desde hace muchos años se cuentan leyendas e historias misteriosas de este magnífico barranco. Al margen de estas historias de fantasía, existe una muy real. Desde épocas prehispánicas algunos menceyes guanches utilizaban este entorno como residencia de invierno. Su nombre original era Barranco de Chamoco. De hecho, se estudia la posibilidad de que utilizaran la cueva del Cañizo. Su nombre cambia después de la conquista. Se concede este Barranco a D. Juan de Badajoz, pasando a llamarse “Barranco de Badajoz”.
Desde el siglo XIX se han excavado una serie de galerías en busca de agua. Este bien tan necesario era buscado para el abastecimiento de los cultivos situados en las medianías y en la costa del municipio de Güímar. En total siete: Izaña, Acaymo, El Almagre, Chamoco, Aceviño, Nuestra Señora del Socorro, El Cañizo. En estas galerías se han excavado en total más de 14.900 metros, sin contar la de Izaña, de la cual no se sabe a día de hoy su longitud exacta.
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Al margen de estas historias y leyendas, este barranco nos ofrece mucho más. Su entorno natural lo hacen perfecto para disfrutar de un día de senderismo en familia. El sendero que nos ofrece está perfectamente señalizado y no tiene pérdida. Comenzamos en una pista bastante ancha y de fácil tránsito. A medida que ascendemos el camino se convierte en un sendero estrecho que asciende por el barranco, pero sin dificultad alguna.
Esta ruta tiene una distancia total de unos seis kilómetros, ida y vuelta. Su nivel de dificultad es fácil. En su recorrido nos maravillaremos con sus altas laderas, sus pasos estrechos y diversidad de flora y fauna. Además, está incluido en el Paisaje Protegido de Las Siete Lomas, que está clasificado como Espacio Natural de Canarias. El final de camino llega hasta un montículo de piedras, que para sortearlas habrá que “escalar”.
Esta ruta es de esas que hay que hacer una vez en la vida. La espiritualidad y misterio que la envuelven nos transportará a esas leyendas que muchos contaron, creyeron y … posiblemente vivieron.
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