El Camino de Santiago es una de las rutas más antiguas del mundo. Millones de personas lo han hecho por distintos motivos. La mayoría deciden hacerlo por motivaciones religiosas, otros por deporte o por disfrutar de nuevas experiencias y conocer lugares maravillosos. Sea el motivo que sea siempre se aprende durante el camino.
El Camino de Santiago da muchas satisfacciones a los peregrinos que lo realizan, las lecciones que se reciben durante el camino son un verdadero aprendizaje
El camino es mucho más que aventura. Muchos peregrinos al finalizar su camino tienen la sensación de que algo ha cambiado en sus vidas. Y lo cierto es que el camino nos ofrece una serie de lecciones de vida que nos ayudará a mejorar. Es una clase magistral de vida. Se adquieren una serie de valores que posiblemente no los aprendas en ningún otro lugar.
Superación
Cada paso nos ayuda a superarnos a nivel físico y mental.
Nos ayudará a ser menos materialistas
Aprenderemos a valorar el peso de nuestra mochila, tanto física como espiritual.
Valorar el “ahora”
Nos hará entender que lo importante es el camino en sí, no el llegar a Santiago de Compostela.
Ser persistente
Cada paso es importante. Los pequeños objetivos nos harán alcanzar la meta.
Sabernos únicos
No enseñará a no compararnos con nadie. El esfuerzo de realizar el camino es personal y cada peregrino lo hará en función de sus límites hasta lograr su objetivo.
Avanzar sin miedos
Durante el camino nos encontraremos con nosotros mismos. Este encuentro espiritual nos ayudará a no perdernos.
Improvisar y aceptar
El “camino” como la vida no es un esquema. Debemos estar preparados para imprevistos, sin tener todo planificado y preparado.
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